EL PODER DE LO SIMPLE
Cuando la NASA comenzó con el lanzamiento de astronautas al espacio, descubrieron que los bolígrafos no funcionarían sin gravedad (o con gravedad cero), pues la tinta no bajaría hasta la superficie que se deseara escribir.
Resolver este problema, les llevó 6 años y 12 millones de dólares.
Desarrollaron un bolígrafo que funcionaba: bajo gravedad cero, al revés, debajo del agua, prácticamente en cualquier superficie incluyendo cristal y en un rango de temperaturas que iban desde bajo el punto de congelación hasta superar los 300º centígrados.
¿Y qué hicieron los rusos?
¡Los rusos utilizaron un lápiz!
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