Ayer, cuando descubría eso que tú y yo sabemos
quise volar deprisa colgada de tu pico,
sí, fue ayer, eso creo.

Ayer, olvidando el olvido,
volví a recordar y eso, eso me hizo soltar de tu pico.
Ayer, cuando me olvidaba de ti y de nuestros sueños,
viví por primera vez, desde hacía mucho tiempo.
Sí, fue ayer, según creo.

Y tú te ibas, calle arriba, por la misma veredita verde desde donde te vi venir cierto día.
Y tú te ibas y te ibas y te ibas, y ya no volvías.
Fue ayer ¿no lo recuerdas todavía?

Ayer quise darme el gusto de no verte y jugué a que no te veía.
¡Uy! ¡qué juego más divertido!, una experiencia nueva en mi vida.
Ayer creía que no estabas y, tanto gusto sentí, que de puro placer me reía.
Sí, fue ayer, con la mano en el fuego lo aseguraría.

Ayer fui a parar a otro nido... Por pura casualidad... yo diría.
Ayer tú no estabas..., pero, si quisieras estar, vuelve otro día.
Ayer, entre el ocaso y el amanecer,
ayer,
pero mañana otra vez lo haría.

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