Debo dejar de robarte la sombra
el equinoccio quieto de los años
la virtud enjaulada de los cristos
el perdon recomprado de tus manos
La paciencia de la torpe agonia
el altar de una coma que se riega
la escusa de la injusta escribania
el silencio que grita y se quiebra
la luciernaga delirante de las hojas
el testamen que no tiene mas desencia
ese injusto momento que se niega
El derroche que se besa con la muerte
en la esquina donde siempre me encontraba
resando por volver siempre a verte
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