Alguien dejó por error un ejemplar de Drácula en la sección infantil de la biblioteca. Ahora el espejo ya no puede ver a Blancanieves.... Lo mismo paso en los libros de filosofía, pero con un tomo del Márquez de Sade, ahora Aristóteles no puede dejar de contarle cuentos a Minerva y Copernico ve estrellas en los ojos de la Venus de la litera numero uno del libro de la Izquierda, Osho se metió Furtivamente en las versiones de la guerra de Troya y ahora Griegos y Troyanos hacen el amor desquciadamente, Las troyanas rescribían su texto como si fuera una lectura de Mujercitas y Menelao se emborrachaba com Príamo al tiempo que Elena se iba de roses con Agamenón entre las cortinas de los ojos del caballo. Edgar Allan Poe quiso salir de su melancolía y se fue hacia el Taburete de las revistas para codearse con las ventanas de tu cuarto, ya jamás apareció su cuervo, solo se supo que se fue volando hasta el cuento de Rapunsel y violentamente le saco los ojos así que jamás dejo que el príncipe subiera por su cabello, en lugar de eso lanzo el cordón hasta el tomo hasta de los cuentos de Cortázar, y en medio de famas y cronopios, jugaban a la rayuela los Liliputienses, los jesuitas y los soldados romanos que habían dejado la biblia porque ninguno de los evangelios estaba de acuerdo en nada, Y Noé dejo escapar a todos los animales que salieron corriendo hacia los tomos de Ganadería, hacia los Prados de los Campos Verdes de Bucosqui y hacia los Arrebatos locos de ALEGRIA. Moliere que había estado sentado, en lugar de hacer su medico a palos, se fue con Lorca y a quitarle el bastón a Bernarda Alba, y Adela puso salir a conocer a mas Opciones y dejo plantado en el potrero a Pepe el Romano, Doña Rosita la soltera fue a recoger a pulgarcito que lloraba porque no sabia donde estaba su historia, así que pidió que en nombre de la Rosa, el Coronel anciano de los Buendía le llevara de la mano por el camino que duraría Cien años, todos llenos de soledad. De pronto La luz se encendió y como cucarachas pavorosas, los libros sacudieron a las revistas, los instantes a las dudas, los amores al deseo, y se volvieron a ocultar en sus senderos hasta que el ultimo lector de aquellas texturas desnudas, les devuelva el derroche donde sus historias se ponian al descubierto
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