Benditas sean las capas del resguardo
la multitud aplaudiendo en los conciertos
el sombreros que se lanza muy muy alto
las parcelas que tiene evidencia
el desconsuelo que acompañan a los viejos
la rutina del desamor por unas horas
los que viva la graduada, los de izquierda
los que para llorar piden permiso
los mefistos de la injusta abstinencia
las madres que abrasan a sus hijas
las fotos de salita y de los santos
los viernes con ropa de domingo
los injustos, los politonales los de boca
los que saben que el amor no se condena
los que gritan, en mi taxi no se cobra
las psicolagas reciente recibidas
las desencias que parecen ser pecados
las escusas que se gritan, las golfitas
las obras que se hacen en los teatros
los tratados del despecho, las huidas
que me llevan a gritarte un te extraño
los que saben a cocaina y a derrota
los que amanecen en hoteles de ocasion
los que gobiernan con calentador
las gatas sus tejados y sus juguetes
las hijas que se encuentran desayectadas
del cumulo de de una madre olvidada
las mujeres que se llaman andrea
las tipas que se apellidan patiño
las que tienen graduaciones y no resan
los mormones, los adictivos, los psiquiatricos
las casas de los neuroticos y de curas
que se esconden encontrando otro milagro
los que saben a todo y casi nada
los jueves disfrasados de mendigos
los te quiero escritos con miradas
los tengo un mensaje que me espera
los que saben que la ultima palabra
es gritas un treintainueve que no juega
los olvidos que olvidaste y que te dije
los del gol en primer plana del engaño
las cuartadas que se dan directo al crimen
los de la torpe y eterna primavera
los de encuntros que nadando se disparan
en una tarde de olvidada primavera
los del tiempo, las cristinas, las andreas
las patiño montiel, y los invitadas
en el baile que el demonio nos pregona
la multitud aplaudiendo en los conciertos
el sombreros que se lanza muy muy alto
las parcelas que tiene evidencia
el desconsuelo que acompañan a los viejos
la rutina del desamor por unas horas
los que viva la graduada, los de izquierda
los que para llorar piden permiso
los mefistos de la injusta abstinencia
las madres que abrasan a sus hijas
las fotos de salita y de los santos
los viernes con ropa de domingo
los injustos, los politonales los de boca
los que saben que el amor no se condena
los que gritan, en mi taxi no se cobra
las psicolagas reciente recibidas
las desencias que parecen ser pecados
las escusas que se gritan, las golfitas
las obras que se hacen en los teatros
los tratados del despecho, las huidas
que me llevan a gritarte un te extraño
los que saben a cocaina y a derrota
los que amanecen en hoteles de ocasion
los que gobiernan con calentador
las gatas sus tejados y sus juguetes
las hijas que se encuentran desayectadas
del cumulo de de una madre olvidada
las mujeres que se llaman andrea
las tipas que se apellidan patiño
las que tienen graduaciones y no resan
los mormones, los adictivos, los psiquiatricos
las casas de los neuroticos y de curas
que se esconden encontrando otro milagro
los que saben a todo y casi nada
los jueves disfrasados de mendigos
los te quiero escritos con miradas
los tengo un mensaje que me espera
los que saben que la ultima palabra
es gritas un treintainueve que no juega
los olvidos que olvidaste y que te dije
los del gol en primer plana del engaño
las cuartadas que se dan directo al crimen
los de la torpe y eterna primavera
los de encuntros que nadando se disparan
en una tarde de olvidada primavera
los del tiempo, las cristinas, las andreas
las patiño montiel, y los invitadas
en el baile que el demonio nos pregona