INVESTIGACIÓN EN UN LENGUAJE PROPIO

Abordamos temas sociales, donde el espectador es un personaje más en la obra.
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jueves, 15 de septiembre de 2011

Esa vez cuando despertó sintió una brisa de viento maldito, el remordimiento en su cuerpo no se quito ni siquiera con el baño matutino que acostumbraba tomar después del desayuno, pero su inconsciente trataba de negar el delito cometido la noche anterior. Ella pertenecía a una familia moralista con diez generaciones de tradición, conservadora, católica romana practicante, derechista con amigos en cada partido de tradición en el País, y con cierto aire de semblanza machista misojenamente idealistas, Su padre El Marques León Martín de Pacheco y Naranjo conservaba este nombre de su padre y su abuelo que lo había heredado de su bisabuelo y este de su tatarabuelo, un jerarca terrateniente de siete haciendas y cuatro condominios de ocho regiones de la nación, un viejo corpulento y gordo. En su juventud había violado a un gran numero de esclavas y flagelado a muchas otras para saciar su ímpetu nervioso al masoquismo, cuando cumplió los cuarenta se volvió un pederasta compulsivo y necrofilico del cadáver de su primera esposa que conservaba en el ático de su casa predilecta con ordenes expresas de que nadie se acercara allí con la pena de muerte. El entretenimiento predilecto del Marques era el asesinato de esclavos por gusto, para eso tenia una serie de artefactos muchos diseñados por el y que eran tratados con una absoluta cautela y reservados en una casa de campo que el consideraba su propio palacio de risas.

El marques era admirado por la devoción con cual atendía a su hija, Soledad Beatriz de Pacheco y Maldonado, muchos consideraban que el cariño que le tenia era un deseo de marido mas que de padre, tanto así que muchas veces hirió de muerte a cualquier joven de la comarca que la cortejara. Cuando soledad cumplió los quince años le regalo un collar de piedras preciosas traídas directamente de la india por pedido del Marques, al momento que se lo dio dijo que desearía verlo puesto esa misma noche. Cuando el llego a su habitación ella estaba lista con el collar prendido en su suave cuello, el marques le ordeno que se desnudara que quería ver quien era mas bello si el collar o ella, con el rubor en su rostro y sin regresarlo a ver ella cumplió, mientras desabrochaba los broches de su vestido el sudor en la frente de don León era execivo
el camino de su desabrigues se convirtió en la carretera mas larga, sus pechos iban apareciendo como dos montañas cobijadas por el sol en la mañana, era una belleza de coma profundo, el ardor falico del marques se convirtió en fiebre, Soledad dejo caer su vestido en el soplo del candido ardor de la mirada de su padre,
el la detuvo en un grito casi mudo –no continúes- después de un silencio dijo -acuéstate en la cama y cierra los ojos- ella obedeció con pena y lagrimas que corrían lentamente por su cuerpo desnudo ocultando solamente su parte pubica con un pequeño interior de paño y seda. El marques se sentó a su lado y acaricio su cuerpo con la yema de los dedos casi sin tocar, con una sutileza como al mas preciado de los manjares, cuidando que no se deshiciera en sus manos., llego a su ombligo y dio un beso libido como recordando el día que ella nació y el la tomo en los brazos por primera vez, comenzó a desatar la única prenda que le quedaba encima haciendo inmortal el momento, cuando llego a ver su monte de Venus cubierto por una fina película de bello rubio, el suspiro de amor , y en una precipitada maniobra, abrió lentamente sus piernas para contemplar la creación de de dios, su saliva caía como un perro ansioso por comer, Soledad no podía mas que abedeser a la dureza de su padre con un llanto silencioso, el comenzó a saciar su ímpetu de macho con un beso de gloria, mezclando los jugos de la vajina de su hija con la saliva áspera de su boca, nunca había disfrutado como hoy hacer el amor, penetro a sus entrañas en un zumbido de placer y deseo, mientras el subía y se bajaba los pantalones , le dijo al oído –te e deseado desde que naciste- ella solo alcanzo a decir – yo siempre te odie- y el la desfloro.

Esa mañana soledad quito las pocas cobijas con las que estaba cubierta, trataba de olvidar a la fuerza el recuerdo amargo de la noche anterior, se dibujo en el pecho con un carbón de escribir la señal de la cruz padeciendo todavía el denso olor de semen desbordado, como todas las mañanas bajo para tomar su chocolate con ramas de canela y una tostada francesa que siempre encontraba servida en la mesa de comedor, por el resto de la mañana no vio a su padre ni quería hacerlo, solo imaginarse su presencia causaba habidos deseos de castrarlo y sacarle los ojos con una cuchareta de pelo que lastimaba el cuero cabelludo de la niña cada vez que se la ponía, pensaba en las maneras mas macabras de realizar su venganza en una mutación macabra de niña a mujer en solo una noche. Se sentó en un pequeño obelisco que conmemoraba la fecha de la realización de las fiestas de San Jerónimo Guerrero sabio medico que la gente lo considero santo por atribuírsele varias resurrecciones y uno que otro milagro de sanación bendita.

Jerónimo Fabián Guerrero Morales nació un siglo atrás que Soledad, era un hombre demasiado misterioso sus ojos causaban fascinación reflejando un nocturno alunizare de demonios y hadas, a los catorce años decidió que un libro seria la compañía de toda su vida, pero su verdadera seducción eran las drogas utilizadas de método terapéutico. Probo (LSD) Deleita mina de Acido Lisérgico, la cocaína, el bazuco, Opio, polvo de Ángel, Cornezuelo del centeno, Peyote, Psicofármacos, Estimulantes, y la marihuana negra, blanca, gris, violeta, verde, café, con sus diferentes derivaciones del caso.

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