MONTAJE
Un musical para niños reflexionó sobre los
cambios ambientales
Tiempo de lectura: 3'20'' | No. de palabras: 502
Redacción Espectáculos
espectaculos@elcomercio.com‘
Queremos vivir, respirar aire limpio, dejemos de contaminar nuestro planeta”. Ese fue el
mensaje que dejó en los niños el elenco del musical ‘Aventuras en Pajarilandia’.
El domingo, en el Teatro Nacional Sucre, 14 artistas y nueve bailarinas, disfrazados de aves
multicolores y árboles, en ese orden, expusieron a los pequeños asistentes los problemas de
contaminación que atacan al planeta.
Ayudado con un proyector de imágenes, el majestuoso cóndor (Óscar Pavón) mostró las secuelas
que hasta ahora ha dejado la contaminación ambiental. Entre ellas, la extinción de varias
especies de aves, peces y mamíferos.
Los niños también vieron en esas imágenes cómo los nevados pierden su hielo, a causa del
calentamiento global, un resultado más de la contaminación.
Todo ello hizo que los más pequeños cuestionen a sus padres y abuelos por la crisis que
atraviesa el medioambiente. Ese fue el caso de Melanie Rivera, de 8 años. Conmovida por las
imágenes, la niña le preguntó a su abuela Hilda Martínez: “¿Yo también tengo la culpa de eso
abuelita?”.
La abuela de Melanie solo la recibió en sus brazos y le pidió que ponga atención a la obra.
El musical ‘Aventuras en Pajarilandia’ dibujó sobre las tablas del Teatro Sucre una tierra mágica y
llena de colores. Allí, sus habitantes mostraron su deseo por vivir en un mundo sin
contaminación, con agua limpia, aire puro y con una naturaleza intacta.
En la obra, los actores representaron a varias aves, utilizando todas las variaciones de idioma
latino. Así, la garza (Nadine Muñoz) imitaba el hablar de los argentinos, mientras que el
papagayo-pterodáctilo (Said López) se comunicaba en portugués.
Ese recurso se utilizó, porque, según el musical, toda la humanidad es cómplice de la destrucción
de la naturaleza.
Durante la obra, los niños recibieron consejos para proteger al medioambiente. A la vez que
hicieron un pacto que consistió en “no botar más basura en la calle”.
Al final del musical, el mensaje de cuidar la naturaleza quedó claro en los niños y en los adultos
que los acompañaron. Sin embargo, estos últimos se mostraron inconformes por el uso excesivo
de la iluminación, que en varios momentos ocultaba los movimientos de los actores. Los cortes
abruptos de la música también incomodo al público.
1 comentarios:
Desconozco al periodista que publicó el articúlo, pero es impresionante la dimensión de sus palabras, creo que ocurre dos cosas o alguna de estas cosas: o no maneja términos teatrales o fue tan mala fue la actuación de los compas, para que se utilice estos terminos.
caballero, de esto escribiré en mi blog.
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